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Aprendizaje esotérico: Práctica Mágica de Bardon. Paso 3.



Las cualidades necesarias para el Mago son la voluntad, el conocimiento, el osar y la discreción o silencio. La voluntad y su fuerza nos da la constancia, la perseverancia y el combustible para practicar todos los días. 

La práctica constante de los conocimientos adquiridos es el fundamento de la efectividad. 

El ser osado probar nuevas cosas, aprender a arriesgarse es otro de los pilares del mago, este no debe tener miedo ni arredrarse ante ningún tema. 

La discreción, el silencio con respecto a todo lo relacionado a sus prácticas, el no comentar sus éxitos o fracasos es fundamental. Muchas veces este silencio es básico para poder alcanzar los logros. 

Por último, el conocimiento es en lo que se basa todo lo demás, el conocimiento guía a la voluntad, posibilita el osar e indica la conducta necesaria para desarrollarnos como magos.

Entrenamiento mágico mental . Paso 3

Luego de superados los ejercicios del punto 2 se va a profundizar en las técnicas de concentración agregando sentidos a los ejercicios, es decir haciendo ejercicios visuales y auditivos a la vez. También se van a hacer ejercicios con los ojos cerrados y los ojos abiertos y agregando seres vivos y seres vivos en movimiento.

Colócate en una posición cómoda y relajada para realizar estos ejercicios.

Ejercicio 1: Imagina un reloj colgado de la pared con el péndulo en movimiento. Agrégale el sonido del tic tac. Mantén la imagen y el sonido por cinco minutos, sin distracciones y se habrá conseguido el objetivo. Practica con varios “escenarios” un río corriendo, el viento en un campo de trigo o lo que nos guste imaginarnos.

Ejercicio 2: Ahora agrega el tacto a los ejercicios, toca el agua del río, o las espigas de trigo. Mantén la concentración durante cinco minutos.

Practica estos ejercicios a diario, incluyendo progresivamente los diferentes sentidos.

Ejercicio 3: A continuación, imagina una acción de un lugar conocido, puede ser una calle o cualquier otro que se elija mantenlo cinco minutos sin distracciones comprometiendo varios sentidos. Luego de practicarlo con los ojos cerrados pasamos a hacerlo con los ojos abiertos, debemos poder mantener la imagen, creada desde varios sentidos, viéndola delante de nuestros ojos y sin ver la realidad circundante.

Ejercicio 4: Hacemos lo mismo con un lugar desconocido que creemos nosotros.

Ejercicio 5: Luego de imaginarnos los objetos y los lugares vamos a incorporar animales en movimiento. Vamos a hacerlo primero con los ojos cerrados y luego con ellos abiertos. Con cinco minutos sin interrupciones está logrado.

Ejercicio 6: Después de los animales, pasamos a los seres humanos, comenzamos ejercitándonos con conocidos y luego lo hacemos con gente desconocida. Primero con ojos cerrados y luego con ojos abiertos. Integra progresivamente otros sentidos luego de lo visual, oye sus voces, etc.

Todos estos ejercicios deben ser realizados en el orden en que se listan, no realizando ninguno sin antes no haber completado el anterior.

Este entrenamiento es fundamental para alcanzar un desarrollo mágico. Aparte de mejorar la concentración estos ejercicios mejoran todas las cualidades mentales necesarias para el mago, tales como la imaginación, la visualización, la transmisión de pensamientos, etc.

Entrenamiento mágico psíquico. Paso 3


Luego de haber completado lo propuesto en los dos primeros pasos, y habiendo conseguido equilibrar los elementos en nuestro carácter, podemos comenzar a trabajar con los elementos. 

La idea en este paso es adquirir las cualidades básicas de los elementos, produciéndolos y disolviéndolos en el cuerpo.

Nos colocamos para todos ellos en una posición cómoda, la que hayamos elegido en el paso 1.

Ejercicio 1. En este momento vamos a trabajar el elemento fuego. Imagínate dentro de una bola de fuego que abarca todo el universo. Respira ese fuego, por la nariz como por los poros. Llénate del elemento en cada inspiración y vacíate en cada espiración. El calor y la expansión deben crecer con cada respiración. Comienza con siete inhalaciones y siete exhalaciones. Veinte respiraciones o treinta serían el máximo que podríamos practicar. Sentiremos el aumento del calor a nivel material en el cuerpo. Debemos entonces eliminar nuevamente a través de la respiración el elemento del fuego hasta que no quede más en nuestro cuerpo. La sensación de calor debe terminar.

Ejercicio 2. Con el elemento aire vamos a trabajar igual que con el fuego. Debemos imaginarnos en un espacio vacío, solo lleno de aire y nosotros en el centro respirando y sintiéndonos cada vez más grandes y livianos. Comenzamos con siete respiraciones y vamos subiendo hasta un máximo de cuarenta.

Ejercicio 3. Imagínate que todo el universo es un océano infinito. Tú estás en el centro de este océano. Respiraras agua por la nariz y por los poros, te llenaras y te vaciaras, sentirás el frescor del agua. Ese frescor con las siguientes respiraciones se convertirá en frío, sentirás ese frío en el cuerpo. Disuelve el elemento exhalándolo hasta que no quede más en el cuerpo y recuperaras tu temperatura normal. Este ejercicio debes comenzarlo, al igual que los demás, con siete respiraciones completas e ir subiendo de a una por día. No sobrepasar los veinte minutos.

Ejercicio 4. El elemento tierra lo vamos a experimentar de la misma manera que los tres anteriores, a través de la respiración del cuerpo completo del elemento. Nos imaginamos el universo entero de tierra y nosotros en el medio. Con cada respiración nos sentiremos cada vez más pesados, más densos. Siete respiraciones y vamos subiendo hasta un máximo de veinte minutos.

A cada elemento se le asocia un color (fuego – rojo; aire - azul celeste; agua - azul verdoso; tierra- negro, marrón, terracota) podemos a cada una de los ejercicios agregarles tales colores.

Al finalizar estos ejercicios se podrá por ejemplo poder hacer variar la temperatura de nuestro cuerpo a voluntad con el fuego y el agua.

Entrenamiento mágico físico. Paso 3


Luego de dominar la respiración por los poros, o sea por todo el cuerpo, tenemos que ser capaces de poder dirigir esta actividad a porciones específicas de nuestro cuerpo. 
Esto permite trabajar con partes del cuerpo que lo necesiten revitalizándolas y cargándolas de fuerza vital desde el universo.

Ejercicio 1: Nos ponemos cómodos y relajados. Llevamos nuestra atención por ejemplo a la pierna derecha. Transferimos nuestra conciencia a esa pierna y comenzamos a inhalar y exhalar desde esa pierna. Sentimos como esta parte de nuestro cuerpo toma el poder vital desde el universo. Hacemos siete respiraciones y pasamos a otra parte del cuerpo hasta completar las siete respiraciones con cada órgano o parte de nuestro cuerpo. Esto nos permite restaurar y cargar de fuerza vital las zonas en donde es necesario, mejorando nuestra salud.

Ejercicio 2: Relajados y cómodos, comenzamos a respirar cargando de energía vital todo nuestro cuerpo, vemos como entra la misma procedente del universo con cada inhalación, cuando exhalamos no pensamos ni visualizamos nada, conservando la energía inhalada. Con cada inspiración nos llenamos cada vez más de fuerza vital hasta que la sintamos como un calor que se irradia alrededor del cuerpo y se va haciendo cada vez más extensa, teniendo nuestro cuerpo una posición central. Luego si no se quiere mantener esta energía se la va dejando salir con cada exhalación, inhalamos aire puro sin energía y exhalamos esta energía. Comenzamos con siete respiraciones y practicamos hasta alcanzar los veinte minutos.

Este ejercicio es ideal para tomar energía del universo para realizar aquellas actividades que necesiten mucha energía como puede ser ayudar en la recuperación de un enfermo, actividades de telepatía u otras prácticas mágicas.








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